Capítulo Xtra: Análisis: FullBlast

En un día cualquiera de trabajo como aviadores de combate nos encontramos en la base militar haciendo nuestras tareas y demás quehaceres de mantenimiento del equipo, cuando de repente saltan todas las alarmas. El mundo que conocemos se encuentra en peligro ante una demencial invasión alienígena sin precedentes; y nosotros, como buenos soldados, salimos raudos en nuestro caza de combate para acabar con la amenaza.

Esto os suena, ¿verdad? Así es como empieza FullBlast. Un shoot'em up de scroll vertical desarrollado por el pequeño estudio independiente UFO Crash Games y distribuido a su vez por Ratalaika Games, donde nos intentarán devolver a tiempos de Galaga y Xevious: los mata-marcianos arcade de toda la vida pero con un aspecto más actual. ¿Lo conseguirán?

Antes de ponernos con las manos en la masa, tras una pantalla de inicio bastante bien apañada nos encontramos con seis apartados: el modo campaña de un jugador, el modo para dos jugadores, opciones, controles, ranking y por último misiones.

En la campaña para un jugador tenemos el principal y casi el único modo de juego del título, donde batallaremos contra los despiadados alienígenas durante las doce fases de juego que lo componen. El modo para dos jugadores, que resulta idéntico al modo anterior con la salvedad de poder jugar en cooperativo con algún amigo. Y el resto de apartados que se traducen en tan solo esquemas para contemplar las puntuaciones, desactivar la música, el disparo turbo, los idiomas disponibles...

Sin embargo antes de ponernos a jugar es interesante echarle un vistazo al apartado misiones, pues en él, avistaremos una pequeña tabla de objetivos a cumplir si queremos de verdad completar el título; y con ello, rascarle más horas de disfrute intentando cumplirlos.

Ahora sí. Como buen shoot'em up que se precie nos encontramos a los mandos de nuestra aeronave con la que surcaremos los cielos del planeta. Tras unas breves conversaciones mediante códec con nuestro general, tendremos el primer encontronazo contra la despiadada legión de enemigos que nos dispararán toda clase de proyectiles, gases y láseres para acabar con nosotros. Los controles de la nave responden muy bien sin retardo de ningún tipo y a una velocidad adecuada, por lo que escabullirnos del fuego enemigo resulta gratamente sencillo. O al menos cuando estamos realmente pendientes de cada elemento que hay en pantalla.

Acabar con estos seres al principio se hace costoso pues nuestra potencia de fuego es algo endeble. El tan solo contar con una mega bomba nos obliga a guardarla para ocasiones de emergencia y a combatir de frente contra la plaga espacial. Pero tras un poco de trabajo duro acabando contra la fuerza enemiga iremos recogiendo una serie de power-ups que nos ayudarán en la contienda. Estos pueden incrementar la potencia, el número y rango de nuestros proyectiles, añadir un lanzamiento de misiles automáticos, un escudo temporal o incrementar la velocidad de disparo.

También nos encontramos con regeneradores de salud, alguna mega bomba o la suerte de un duplicador temporal de puntuación por lo que nos puede venir bien si queremos superar puntuajes. Eso sí, hay objetos que decrecen el poder por lo que no todo lo que recojamos nos hará bien en la batalla, así que hay que estar ojo avizor con lo que recogemos.

Al hacernos más fuertes el enemigo caerá como moscas ante el insecticida, por lo que acabaremos llegando al punto en el que nos mandarán a mitad de fase uno o varios minijefes para intentar hacernos caer. Estos suelen ser más problemáticos con ataques más poderosos y un mayor incremento de balas en pantalla por lo que nos exigirán una mayor cautela y utilizar maniobras más arriesgadas para que los ataques no nos alcancen.

Tras acabar con ellos, una nueva ronda de enemigos se sucede y el combate aéreo prosigue hasta que el general nos avisa por el códec que una amenaza enorme viene hacia nosotros: el jefazo. Al igual que con los minijefes de mitad de nivel, el jefe es muy peligroso por lo que si no ponemos toda nuestra atención en la batalla, las vidas pueden llegar a caer muy rápidamente y veremos con facilidad la pantalla de Game Over.

Tras ser muy cautelosos y atacar en los momentos necesarios acabaremos con el enemigo gigante y se nos dará la enhorabuena por el buen trabajo. Hemos salvado el área pero aún quedan otras 11 más por despejar.

Este es básicamente el planteamiento de FullBlast: acabar con hordas y hordas de enemigos espaciales en nuestro Caza de combate junto a la ayuda de power-ups, mega bombas y nuestros reflejos a lo largo de las doce fases de juego.

Hemos de decir que hemos encontrado gratamente divertido el título de UFO Crash Games. Con tan solo dos botones y el stick manejamos con soltura y sin complicación nuestra aeronave para acabar con todo aquel enemigo que aparezca por pantalla. Y al contar con tres niveles de dificultad pudimos ajustar la dificultad más acorde para nuestro ritmo de juego. Los enemigos normales no nos complicaron mucho la vida, pero en cambio los minijefes y los jefazos nos pusieron las cosas bastante intensas, divirtiéndonos aún más si cabe.

Eso sí, el tipo de power-ups basados en las mejoras de disparo nos ha parecido poco variadas. Los tipos de disparo se reducen únicamente a duplicar el disparo y su rango de acción. Ganamos mayor ventaja contra los enemigos, pero no nos emociona lo suficiente ver como pasamos de disparar de uno a tres o cuatro proyectiles sin diferencias más palpables. Una mayor diferenciación en los tipos de disparo nos hubiese encantado muchísimo más.

Nos ha llamado la atención que ante un Game Over o al salir de la partida se nos mostrase en pantalla un mensaje de error al no estar conectados en línea. Esto ocurre porque FullBlast siempre intenta subir tus puntuajes a los servidores del ranking online, estes o no conectado. No es nada grave pues se quita al pulsar un par de veces el botón A, pero es un poco molesto.

Visualmente la presentación del título es muy favorecedora para un juego de este estilo. Es muy agradable a la vista al incluir elementos totalmente poligonales en tres dimensiones en una cámara de corte cenital. Tanto los enemigos, escenarios, como nuestra nave, lucen bastante bien. Aunque no es que nos rompa la cabeza ni mucho menos, pues aunque luce bien, cuenta con bastante rango de mejora en algunos aspectos.

Lamentamos decir que no es muy variado en cuanto al diseño de enemigos y sus formas de ataque, pero mucho menos al número de escenarios. Las doce fases con las que cuenta el juego están ambientadas únicamente por tres elementos: ciudad, bosque y mar helado. Por lo que en realidad solo contamos con tres escenarios cuadruplicados, cambiando únicamente el tipo de enemigos o minijefes que nos ataquen. Esto vuelve cada área visualmente repetitiva.

En el apartado sonoro ocurre lo mismo. La música heavy metal tan cañera con la que cuenta es bastante buena y nos anima a jugar, pero se vuelve machacona con bastante rapidez al reproducir únicamente las dos mismas melodías una y otra vez. Imaginamos que al ser un juego de estilo retro intentaron no agregar más melodías de las necesarias, pero en los tiempos que corren aún así se antojan demasiado pocas. Nos hubiera encantado que al menos al cambiar de ambiente nos hubiesen dado otros temas y no tan solo dos repetidas hasta el hastío.

Al final FullBlast consigue su propósito de trasladar un shoot'em up vertical de estilo retro a nuestros tiempos. Con una jugabilidad divertida de lo más simple y eficiente, junto a un aspecto visual más actual en 3D bastante bien llevado —aunque algo genérico—, el juego de UFO Crash Games se las arregla para mantenernos pegados en pleno fulgor de la batalla. No ofrece demasiada diversidad en el tipo de power-ups, enemigos, escenarios, ni en lo que se refiere a su apartado sonoro pero cumple bien y ofrece un producto razonable en cuanto a calidad precio. Es una buena opción para echar partidas cortas en solitario o con amigos

La inclusión de unos marcos decorados en ambos extremos de la pantalla con tonos coloridos y desenfoques oscuros lo asemejan mucho a una máquina de arcade de los antiguos salones de la época, por lo que la inmersión ochentera se suma un poco más. No incluye como función opcional la posibilidad de poner la acción a pantalla completa para aquellos reticentes de jugar con los marcos, pero en nuestro caso nos ha encantado igualmente jugar con ellos.

Al imitar a los shoot'em ups de la época es bastante corto, pues en tan solo un par de horas tendremos completada la campaña en nuestra primera vuelta. Eso no significa que el juego acabe ahí, pues los jugadores que gusten de batir récords o hacerse con todos los logros le echarán unas cuantas vueltas más. Y si sumamos el juego en cooperativo junto a un amigo en el nivel de dificultad más alto se traduce en una diversión aún mayor. Esto último que sumado a la experiencia de compartir uno de nuestros joy-con de Nintendo Switch, lo convierten en quizás la versión más idónea de este videojuego.

Lo mejor:

La jugabilidad es divertida y nada tosca, algo que no siempre se consigue en el género.
Visualmente es bastante agradable y acierta con buen atino en el estilo retro presentado.
La lista de objetivos le da un tiempo de vida algo más longevo que la clásica superación de nuestros puntuajes.
Jugar junto a un amigo en cooperativo local es divertidísimo.
La música cañera como ninguna que anima a no dejar de jugar.

Lo peor:

Ofrece muy poca variedad y diferenciación en enemigos, escenarios, power-ups, música... básicamente en todo.
Es un poco corto como cualquier juego del género shoot'em up.
El error al salir de la partida al no estar conectados en línea.
La historia es de lo más cliché que existe, aunque importe poco en juegos arcade de este estilo.