viernes, 29 de marzo de 2019

Análisis: Shadow of the Colossus


En una tierra donde alberga el silencio. Más allá de las altas montañas y los frondosos bosques. Solitarios valles y lagos que se extienden a miles de kilómetros. Una tierra maldita desde hace tiempo. Una tierra sellada donde jamás se ha de pisar.

Un viajero a lomos de su yegua cabalga cargando con el cuerpo sin vida de su amada hacia estas tierras, aceptando cualquier tipo de consecuencia con tal de tener una mínima posibilidad de salvarla de su cruel destino. Es así como comienza una trágica e intimista historia donde el jugador toma las riendas del guerrero conocido como Wander, en la que es la más reconocida historia creada por Fumito Ueda y el Team ICO: Shadow of the Colossus.

No es ninguna novedad a día de hoy. Estamos hablando de un título que salió en el año 2005 para la ya muy envejecida PlayStation 2, pero a nuestros días, el remake que se marcó la gente de Bluepoint Games el pasado 2018 para PlayStation 4, es atronador.


En esta historia, nuestro protagonista anhela salvar a Mono, la joven caída en desgracia que carga junto a él. Con el fin de conseguir tamaña hazaña, en su llegada a las tierras prohibidas y al templo que se ubica en este lugar, hará un ominoso pacto con un dios que se hace llamar Dormin. Para intentar revivirla, este dios le pedirá encontrar y asesinar a dieciséis gigantescas y grotescas criaturas denominadas como Colosos.

Estos gigantes se esconden en recónditos lugares del extenso mapeado, por lo que deberemos buscarlos a conciencia a trote de Agro, nuestra fiel yegua, hasta dar con su paradero y darles caza con la legendaria espada que portamos.

Estos colosales cuerpos vivientes no son fáciles de abatir. Tan solo en el cruce contra el primero, nos damos cuenta del lío en el que nos hemos metido. Estos seres tienen una fuerza tan descomunal que sino planeamos cómo abatir a tal fiereza, acabar con nosotros es un visto y no visto para ellos.


Es aquí cuando deberemos aprender que con fuerza bruta no llegaremos a nada y deberemos pensar como tratar para llegar a sus puntos débiles y poder ensartarlos con nuestra espada. Los Colosos en sí mismos aparte de criaturas fascinantes de gran tamaño y poder, son una serie de puzles planificados al milímetro. Deberemos buscar siempre la forma de escalar por sus armaduras, pelaje o escamas; mantener el equilibrio; abrirnos paso con alguna artimaña utilizando algún elemento que les distraiga como el arco o usando el entorno como engañifa.

Llegar a cada punto débil es una tarea harto complicada y más si tenemos en cuenta la variedad de Colosos pues los hay tanto nadadores como voladores. Solo imagina lo que cuesta llegar a subirse a uno de estos seres. Ya de por sí algunos de los puntos débiles no se muestran a primera vista y hay que dar con la forma para que el Coloso lo muestre. Bien sea con la luz que emana nuestra espada al ser alzada o explorando sus cuerpos —intentando no perecer— hasta dar con ello. Es por esto que cada desafío es similar pero totalmente diferente a la par que increíble.

Como un pequeño David contra el gigante Goliat. Con esfuerzo, las tácticas mañosas harán que poco a poco lo inconcebible se haga posible y podamos eliminar al imponente muro viviente que nos separa de la joven que amamos. Todo esto se sucede así durante toda la aventura. Recorreremos el gigantesco mapeado explorando exhaustivamente en la búsqueda del Coloso al que asesinar para ponernos en búsqueda del siguiente usando la luz que emana la espada como guía.


El control del personaje es algo errático pero adrede en todo el sentido de la palabra. Al mover a Wander sentimos como cada paso, escalada y esquiva crean un halo de naturalidad. Cada animación está hecha para que al haber un temblor o leve movimiento de tierra o del Coloso, Wander se vea empujado por las ondas expansivas y toda física de movimiento. Su cansancio denotado en el vaciado de la barra de resistencia nos hace ver que el personaje se tambalea más de la cuenta y que su fuerza en las piernas flaquea. Por lo que cada movimiento del personaje se siente pesado pero también más natural. El cuerpo responde asiduamente junto al entorno y al desgaste. A final de cuentas deberemos aprender como controlar nuestro cuerpo y como le afecta a este nuestro alrededor para que en batalla demos el cien por cien.

Agro no es una excepción. Ella es nuestro principal vehículo para llegar a los diferentes lugares del mapeado. Cual animal real, su comportamiento no es totalmente responsivo a nuestros mandos. Aminora la velocidad cuando se acerca a un gran risco, se voltea cuando azota el peligro o cuando le da miedo un lugar oscuro. Agro está viva y te lo hace saber con su propia voluntad, dudas y miedos. Con algo de práctica nos hacemos a nuestra equina amiga y ella también a nosotros.


El mundo no ofrece ningún tipo de submisión para hacer más variada la aventura salvo recoger por el camino algún coleccionable. Eres solo tú contra el destino y cualquier elemento distractor en forma de subtramas está fuera de la lógica intimista de nuestra historia. Las tierras prohibidas están habitadas solamente por algunos animales, por lo que nuestro viaje junto a Agro es a todas luces enigmático y desolador.

Esto podría hacerse un poco tedioso sino fuera porque la batuta la lleva la extraordinaria ambientación músical compuesta por Kō Ōtani que envuelven al jugador en su mundo de forma magistral. Pero sobretodo en la batalla contra los Colosos donde las sinfonías arremeten con todo su fulgor.


Desde temas tensos que invaden el lugar advirtiéndote de que no deberías acercarte a esas cosas a inmediatamente denotar el inminente peligro cuando se advierte de nuestra presencia. Te hace saber que lo que vas a vivir no es apto para nadie normal

Mientras el duelo y la tensión van en incremento, al conseguir abrirte camino y asestar al fin a un punto débil, la música explota en una serie de abrumadoras fanfarrias dignas de la hazaña dada. Es casi indescriptible hablar de como el Coloso se retuerce y arrecia con ferocidad mientras la fanfarria sube y sube hasta engullirte en lo que es sino una de las mejores bandas sonoras del mundo de los videojuegos. 

El enorme esfuerzo que has llevado en cada paso dado por el descomunal Coloso lleva a que implosione dentro de ti todo tipo de adrenalina y emociones gracias a la bestial fuerza sonora de la obra y es por ello, el punto que más brilla del juego. También sabe cuidar los momentos de silencio en las zonas más tranquilas para no agobiarte, pero a quién vamos a engañar, lo recordarás por el sumun de sus titánicos enfrentamientos.


Cómo no, el apartado artístico y técnico también hacen gala para meternos en la ambientación. Me apasionaron en demasía como lucen los diferentes parajes y atmósferas del mundo de Shadow of the Colossus. Tintes de tiempo pasado, donde nadie sabe qué ocurrió en este inhóspito mundo y el porqué está prohibido caminar sobre él. 

Si ya el original hacía un esfuerzo enorme para que el juego corriera, en PlayStation 4 el trabajo de Bluepoint Games lleva el juego a nuestros tiempos de forma impresionante rehaciendo todos los gráficos del lugar. Mientras que en el 2005 se le veían todas las costuras a pesar de su hermoso apartado visual, en el remake es algo para quitarse el sombrero. Todo ha sufrido una evolución enorme enriqueciéndolo todo en detalles acrecentando la inmersión. 

Realmente no hay mucho más que decir. Bluepoint Games ha hecho un trabajo excepcional rehaciendo el mundo que creó el Team ICO en su obra original. Por no hablar de la inclusión de tipos de control más modernos para acercarlo un poco a los tiempos que corren. No es ningún misterio decir que el control antiguo era un pelín engorroso, por lo que es también positivo. El nuevo modo foto incluido es divertido y bastante completo pero apenas le hice caso ante la tremenda aventura que me abordaba.


Podría hablar durante horas de Shadow of the Colossus y de porque es una obra totalmente atemporal que ha trascendido. Pero dejando a un lado todas las cosas buenas que ya hacía originalmente, la mejora gráfica, ambiental y de físicas le han sentado de maravilla para volverse aún más excepcional. 

Shadow of the Colossus siendo minimalista se las gasta con muy mala leche para hacerte sentir pequeño en un mundo con enemigos abrumadores. Una historia que trasciende, te degolla y aplasta cual gigante. Hermosamente brutal

Lo mejor: 
  • Un mundo y personajes con un mimo al detalle que enamora. 
  • Resolver cada batalla de titanes es increíble. 
  • La música es una absoluta salvajada. 
  • El fascinante apartado visual

Lo peor: 
  • En pos de la naturalidad a veces se echa en falta un mejor control del personaje. 
  • Un poco más de chicha en la exploración del mundo no le habría venido mal. 
  • Si eres bastante avispado el juego se te puede hacer muy corto

Nota: 9/10.


Análisis realizado por José Ignacio Rodrigo Torres.
FICHA TÉCNICA
Nombre: Shadow of the Colossus
Género: Acción, Aventura
Desarrollador: Bluepoint Games, Japan Studio
Distribuidor: Sony
Jugadores: 1
Precio: 39.99€
Formato: PlayStation 4
Lanzamiento: 07/02/2018