martes, 26 de julio de 2016

Análisis: Unholy Heights


De la mano de la desarrolladora Petit Depotto nos llega a Nintendo 3DS la versión portátil de Unholy Heights, un título que ya vio la luz en PC vía Steam allá por el año 2013. ¿Os gustan los tower defense? ¿Y si lo mezclamos con un poquito de simulador de alquiler de apartamentos? Sí, la mezcla puede sonar algo extraña a la par que curiosa, pero estas son las premisas de Unholy Heights. ¿Queréis conocer más? ¡Vamos allá!

Ha llegado a su localidad el camión de Satán.

La historia comienza presentándonos a un Satán emprendedor el cual ha comenzado un negocio de alquiler de casas con un claro objetivo: dominar el mundo con su enorme ejército de monstruos. El objetivo principal del juego es el poseer la mayor y mejor población de feroces monstruos para ayudarnos a acabar con las oleadas de enemigos humanos que se nos irán presentando. Eso sí, a este ejército de monstruos que tenemos que ir confeccionando deberemos cuidarlos y mantenerlos lo más contentos posibles.

La felicidad de ellos aumentará en base a una serie de parámetros tales como fijarles un alquiler no demasiado caro, pero tampoco demasiado barato con el que no sacaremos ningún beneficio, así como satisfacerles en cualesquiera necesidades que presenten comprándoles muebles con los que, poco a poco, ir formando un pisito bien apañado donde los monstruos más poderosos quieran irse a vivir. 

Monstruos a tutiplén.

En Unholy Heights tendremos que elegir meticulosamente a nuestros guerreros inquilinos en base a sus parámetros, los cuales se centran en ataque, defensa física y defensa mágica así como sus puntos de salud. Además unos atacarán con ataques de corto alcance y otros podrán hacerlo desde la lejanía con armas tales como arcos, por lo que mantenerlos en un determinado piso de alquiler u otro de cara a los enemigos que vengan dispuestos a robar a las arcas del señor Satán podrá ser cuestión de vida o muerte. Así, no pensemos que estos monstruos existen por y para nuestros servicios. De eso nada. Son monstruos los cuales tienen su propia vida, su trabajo u ocupación, poseen un determinado sexo y es bastante común que muestren todos sus… deseos. Una vez se acerquen a la aldea, se dirigirán al tablón de anuncios, y si están interesados en uno de nuestros pisos tendremos que presionar el botón A o pulsar sobre ellos para invitarle a que se hospede en un determinado habitáculo.


Es por ello que poseen su propia vida que no os extrañe que un monstruo inquilino se enamore de otro, se mude a su piso e incluso tengan un hijo, el cual, por cierto, será mucho más fuerte que sus padres. Por lo que la crianza de cara a la batalla es bastante recomendable. Será vital mantenerles con abundante felicidad, satisfaciéndoles todos los deseos que tengan sobre poseer un determinado mueble en su hogar —si nos adentramos en su habitación nos lo harán saber—, eso sí, sin irnos demasiado la cabeza puesto que tendremos que estar siempre a un determinado presupuesto y de lo que, básicamente, llenaremos las arcas del señor Satán será con el pago diario de los alquileres, los cuales podremos subirles a medida que más muebles tengan en su haber pero sin llegar a ser desproporcional. 

Estos pagos es posible que, en más de una ocasión, los monstruos los dejen de realizar, por lo que tendremos que valorar si nos merece la pena tenerles bajo un techo y bajarles el alquiler hasta que se repongan poco a poco de sus deudas o si nos renta más echarles y dejar el piso libre para otro monstruo que venga y que sea de mejor condición para la batalla. Eso ya será a juicio de cada uno.

Un peculiar tablón de anuncios.

Os veníamos comentando que una de las fuentes de ingresos más importantes serán los correspondientes pagos por el alquiler de cada uno de los pisos donde tengamos a nuestros queridos monstruos. La realidad es que tendremos una segunda vía por la que hacer más grandes las arcas de Satán: las misiones. Desde el mismo tablón de anuncios donde los potenciales inquilinos se acercan a ver si hay algún piso que le haga tilín y donde quiera emprender una nueva vida, podremos seleccionar si realizar unas determinadas misiones las cuales, tras superarlas, nos recompensarán con importantes sumas de dinero a medida que vayamos completando más y más de ellas.


Las mismas poseerán su propio nivel de dificultad representado por una serie de estrellas, un determinado número de rondas que durarán las oleadas de enemigos y lo que más nos importará: las recompensas. El cuadrante donde están las susodichas misiones vienen representadas por tres colores, a saber: rojo, misión principal; amarillo, misión de desbloqueo de objetos; verde, misión de desbloqueo de nuevos monstruos. 

Cuando queramos iniciar una de ellas, como venimos diciendo, tendremos que seleccionarla desde el tablón y la misma dará comienzo. Tendremos que derrotar a los enemigos que vengan a saquear las arcas de Satán llamando a las correspondientes puertas de nuestros aguerridos monstruos para que estos comiencen a batallar teniendo en cuenta que unos son de atacar de cerca y otros de realizar ataques a distancia: hay que pensar con cabeza la disposición de los mismos en sus pisos, sabiendo que los enemigos vendrán siempre de la zona izquierda de la pantalla. Si vemos que están en graves apuros, no tendremos más que seleccionar al susodicho y volverá a su habitáculo, a salvo de los ataques enemigos. Si no, podrá caer derrotado en batalla y perderemos a nuestro inquilino para siempre. Con el tiempo repondrán toda su vitalidad o, si queremos acelerar este proceso, podremos agenciarnos unas cuantas pociones y recuperarán su vida en un pispás.


Si el enemigo llega a la casa de Satán y le saquea, aún estaremos a tiempo de derrotarle y recuperar el dinero en su camino de vuelta. Con que tan solo un enemigo escape con el botín, perderemos el dinero y la misión fracasará. Hay especialmente una misión importante que tiene que ver con la ampliación de nuestra zona de pisos para la cual necesitaremos acabar con un jefe así como disponer del dinero necesario para la reforma de ampliación. Dicha misión la veremos en el tablón de color rojo.

Somos los dueños de nuestro tiempo.

En algunos momentos se podrá hacer algo tedioso o cansino el esperar a que llegue ese monstruo que tanto estamos esperando para darle alojamiento, hacer tiempo hasta que el día finalice para recibir nuestra correspondiente suma de dinero por el alquiler de todos los inquilinos o, simplemente, acabar una batalla aleatoria —porque nos pueden venir enemigos no necesariamente porque hayamos aceptado una misión siempre— que tengamos más que ganada de manera rápida. Es por ello que con el botón Y podremos ajustar la velocidad con la que el tiempo transcurrirá. 

Ahí no quedará el papel del tiempo, y es que, como venimos diciendo, los monstruos son un tanto peculiares y tienen sus correspondientes trabajos y oficios que desempeñar. Así es que es posible que en más de una ocasión, pese a que necesitemos de su fuerza para acabar con los enemigos, no estarán disponibles en su hogar para ser llamados a la batalla. Si queremos descubrir en qué invierten su tiempo podremos echar un vistazo a su ficha accediendo al piso donde se encuentren viviendo.


Finalmente, y no por ello menos importante, decir que el título posee autoguardado aunque si queremos guardar nuestra partida manualmente podremos hacerlo accediendo al menú tras pulsar Start o en la mismísima casa de Satán, en los numerosísimos slots que posee para ello. 

Gráficos, efecto 3D, banda sonora y duración.

Gráficamente es pobre y no destaca para nada. Ofrece sencillos diseños de personajes los cuales podremos observar desde el propio bestiario, una auténtica enciclopedia monstruosa, llena de hasta diez clases distintas de criaturas. En cuanto al efecto 3D no posee, fundamentalmente quizás debido a que toda la acción principal sucede en la pantalla táctil inferior de la consola, relegando la superior a datos o estadísticas de nuestros inquilinos e informaciones secundarias. 


La banda sonora que presenta Unholy Heights es monótona, poco variada y llega ciertos momentos en los que la aborreceremos hasta decir basta. En cuanto a su duración, estamos ante un título tremendamente largo, especialmente si pretendemos completar todo su bestiario y alojar, en las sucesivas ampliaciones que vayamos haciendo de nuestra aldea, a los mejores luchadores monstruosos. Además desde el menú principal tendremos acceso a las estadísticas de nuestra partida, donde podremos ver el tiempo de juego, el número de enemigos derrotados así como el total de dinero recaudado hasta el momento, entre otros muchísimos más datos.

Lo mejor:
  • Perfecto para partidas cortas en las que matar el tiempo.
  • La multitud de monstruos que posee, cada uno con su propia vida y costumbres que lo harán único.
  • De larga duración...
Lo peor:
  • ... si soportas lo lineal y muy repetitivo que es.
  • Música y sonidos que aborrecerás.

Unholy Heights es un título perfecto para dedicarle unas partidas cortas al día, avanzar poco a poco, ya que sino quizás acabarás cayendo en la monotonía y linealidad de sus mecánicas y su música. Por los 5,99 € que vale en la eShop de la portátil valdrá la pena su compra siempre que seas una persona aficionada a los juegos tower defense y te atrevas a probar esta curiosa mezcolanza con lo que es un simulador de alquiler de apartamentos. Y, por supuesto, ¡hacerse con la mejor armada monstruosa para conquistar el mundo!

Nota: 6.25/10.

Análisis realizado por Fran del Rosal. Copia facilitada por Bergsala Lightweight.

FICHA TÉCNICA
Nombre: Unholy Heights
Género: Acción, Estrategia, Simulación
Desarrollador: Petit Depotto
Distribuidor: Bergsala Lightweight
Jugadores: 1
Precio: 5.99€
Formato: Descarga digital eShop (Nintendo 3DS)
Lanzamiento: 23/06/2016